Cuando éramos
niños jugábamos a inventar un lenguaje
para conseguir comunicarnos con los más
amigos , sin que el resto nos
entendieran” Peme, palar, pogo, pees poto pees puun poro pollo, pronunciado
deprisa nadie sabia que decíamos :me largo, esto
es un rollo. Las niñas –mas agiles mentales- solian decir las palabras
al revés.
Descubrimos
la satisfacción de diferenciarnos por el modo de hablar.
Las lenguas
son como los grandes ríos o las grandes cadenas montañosas, separan . Pero
como decía en una de sus cartas (1934) Trias
Fargas a su amigo Prieto Bances (entonces rector de la UB impuesto por el
Gobierno Central) : todos los hombre
quieren a su lengua como quieren a su madre y se les defiende como tal. Es cierto, nunca entenderé como los
gobiernos y la sociedad se gastan millones
para conservar los museos y fueron tan rata o mezquinos para conservar y fomentar nuestras lenguas fueran una dos o tres
Prefiero ver
como se incendia un importante museo - el que Uds. quieran- que contemplar cómo
se pierde una lengua. En el origen de todas las luchas nacionalistas está la
defensa de la lengua que se pierde .
Todas las demás excusas: economía, malquerencia, abandonos, historias, son como
decía mi padre, paparruchadas. Lo que había que defender era la lengua, esa forma de hablar que se perdía para
siempre.
Se perdía
porque los políticos centralistas no la entendían
,sospechaban que esa forma de hablar tan rara parecía esconder
algo, tramar algo y tan solo hacían que hablar en la lengua de sus padres o
abuelos.
Dicen que
hubo un Rey de Aragón que en unas Cortes
hubo una disputa de si se debía hablar , latín, catalán, aragonés,
occitano o el que fuera, ¡yo que se!, y
el Rey cansado de tanta monserga, zanjo
los murmullos diciendo: cada uno
hable en la lengua que mejor se explique y el resto entienda lo que habla.
Ordeno y Mando
Aquel Rey
acababa de ordenar el bilingüismo o el trilingüismo.
En un
informe que se hizo llegar a Su Alteza Real el Príncipe Dn. Juan Carlos de
Borbón, se le decía que este país – cuando el fuera Rey- tenía dinero
suficiente para pagar interpretes al viajar a China, a Japon a donde sea, pero
que en España no había dinero ni lo debía tener
para pagar un intérprete cada vez que un
gallego, catalán, valenciano o vasco quisiera dirigirse a él en la lengua ESPAÑOLA que le era propia.
Lo entendió y práctica. En los primeros días de su reinado dijo a un grupo de su confianza que el gallego no le presentaba problemas
por su larga estancia en Portugal, el catalán no
demasiado a no ser que quisieras tener
el bellísimo acento de Gerona, de donde era Príncipe, pero el Vasco le resultaba
difícil de aprender, y en eso estaba.
Es cierto
que nuestra lengua común, la castellana
es un elemento cómodo de comunicación entre nosotros y con los otros 400 millones que lo hablan . Es necesario
que nuestros hijos y nietos sepan inglés
y algún otro para poder circular por el mundo. Pero aquí, en esta
España diversa, cultivar, mantener, enriquecer las lenguas
propias de España: Catalán , Vasco, y Gallego es un deber ineludible de Toda
la Nación
Mi abuela
hablaba una fabla agónica, mi
padre solo sabía algún centenar de palabras. Cuando decía que me enseñaran,
la abuela respondía que debíamos aprender
latín, latín hijos míos, que con latín te entiendes hasta con el papa de Roma. Cuando la gente
dice de una persona que sabe latín, es
que es muy letrado, mucho, aprende latín hijo , aprende latín. Ahora nadie llora por el latín, ni por el Arameo, ni por el Sanscrito, ni por tantas otras. Cada año muere una lengua.
Defendamos todas las lenguas españolas como a nuestras madres. Los
nacionalistas no lo saben, pero lo único que tratan de que su madre perdure.
Todo lo demás, soberanía, dret a decidir, nos roban, todo eso son accesorios que
se cuelgan de la percha para defender la lengua. Accesorio.
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