Para muchos grupos políticos, el período preparatorio para la Transición fue una etapa en que nacían y hervían ideologías, ideas y proyectos. Se esperaba ilusionadamente que ésta fuera el puente hacia una nueva etapa histórica en que nuevos planes o programas de organización social, adaptarían las estructuras del Estado a los nuevos tiempos.
Frente a estos grupos estaban los partidos que tras propugnar durante años la Ruptura como única solución, aceptaban la Transición como método para lograr la Recuperación. Su sueño, su doctrina, era la voluntad de recuperar instituciones, programas, leyes, nombres que se habían perdido tras la guerra del 36 al 39. Parecían buscar el tiempo perdido, sin darse cuenta que la sociedad ya era otra.
Frente a la idea de innovar o adaptar de los primeros, estos últimos insistían en: Recuperar, Recuperar y Recuperar.
Parecía que la elección se inclinarían hacia: Innovar y Adaptar, pero no fue así, la política de la Transición se inclinó por la opción de Recuperar, o sea la defendida por los partidos históricos. Esta fue la causa de que un buen número de proyectos innovadores se fueran a la trituradora. No importaba que pudieran ofrecer soluciones actualizadas, oportunas, imaginativas, y trabajadas, apenas se leyeron, su destino fue la Trituradora.
Aquí quiero recordar y exponer el resumen de algunas de ellas:
I. El Servicio Nacional:
Objetivo: Que todo español hombre o mujer dedicara un tiempo de su vida al servicio de España o del Estado Español. Este tiempo de dedicación ofrecía varias alternativas:
Servicios Forestales: Limpieza y Repoblación, Bomberos, Guardas forestales, Guardas de rio, etc.
Servicios de Asistencia: Cruz roja; Asistencia tercera edad: Guarderías; campamentos juveniles; etc.
Servicios de Emergencia: Unidades de emergencia frente a incendios, catástrofes, búsquedas, etc. El proyecto contemplaba destinos en países extranjeros.
Fuerzas Armadas: que se componían de personal profesional y del Servicio Militar Obligatorio.
Todas estas alternativas tenían en común:
- El tiempo de duración del servicio era de cuatro meses.
- El momento para prestarlo lo decidía cada sujeto y se podía prestar entre los 19 y los 27 años, escogiendo asimismo la especialidad del servicio que deseabas prestar.
- El lugar de prestación de las tres primeras especialidades se podían solicitar pero no escoger.
- El lugar de prestación del Servicio Militar se podía escoger y se podía partir en dos fases.
- Todo el personal cobraría mensualmente el equivalente al salario mínimo interprofesional.
- Durante los meses de servicio no estaban autorizadas las actividades políticas ni sindicales, pero se designaría un comité para que entendiera todas las reclamaciones o quejas.
II. Fuerzas Armadas:
Para muchos era evidente que el Ejército – por un buen número de razones – debía cambiar, para otros simplemente se debería suprimir. Como solución innovadora se presento el proyecto de crear unas Fuerzas Armadas Profesionales compuesta por personal voluntario y profesional y por las otras provenientes del Servicio Militar.
Se constituían unidades profesionales en el Ejército de Tierra, en la Armada y en el Ejército del Aire: Tercios de la Legión, Unidades Paracaidistas, División acorazada, Tercios de Infantería de Marina, etc. Donde se permitía el alistamiento a personal nacional o extranjero, eran voluntarios y su periodo mínimo de enganche era de tres-cinco años. Tras su licenciamiento podían optar por ingresar en las unidades de Policía, Guardia Civil, Policías Locales, donde tendrían preferencia o asistir a unos cursos de perfeccionamiento o formación profesional pagados por el Gobierno, así como tener la nacionalidad española.
III. Servicio Militar:
Compuesto por hombres o mujeres que se incorporaban a las Academias de preparación militar de tropa. Estas se deberían ubicar en las cabeceras de comarca. En muchas de ellas ya habían existido batallones de guarnición.
Las Academias de formación no eran un internado. Debían hallarse a una distancia tal que el personal pudiera ir y volver a sus domicilios al finalizar la jornada. La duración horaria era de la misma que una jornada laboral. El personal a instruir usaría el uniforme militar únicamente en las ocho o diez horas de instrucción.
El centro estaría custodiado por unidades profesionales de la Policía Militar y mantenido por personal contratado.
El personal podría seleccionar los meses para asistir a la instrucción que se componía de dos partes, cada una de dos meses.
La instrucción sería totalmente práctica y se orientaría al conocimiento y a la defensa del territorio, así como a la posibilidad de ser aplicados, incluidos en el apoyo de unidades especiales profesionales.
Todos los oficiales y jefes consultados mantenían que las 320 horas de instrucción en los dos primeros meses y tras tantas horas o más en los dos siguientes daban tiempo para una preparación suficiente y superior en parte a la de aquel momento, pues las horas se dedicarían totalmente a la instrucción sin las pérdidas de tiempo que suponían: Limpiezas, Guardias, Servicios económicos, Orden cerrado, etc.
Por ello se consideraba que tras estos dos primeros meses tenían suficiente preparación para incorporarse a los ejercicios y maniobras con unidades superiores, cuya duración era de otros dos meses. Tras este segundo periodo quedaban licenciados y encuadrados en una unidad y especialidad correspondiente para una hipotética movilización.
Con todos estas alternativas también se superaba y ordenaba todos los problemas que presentaban los objetores de conciencia.
El salario de las amas o amos de casa
Otro proyecto era asignar un sueldo a las amas o amos de casa que no podían trabajar en el exterior por tener a su cargo y en su domicilio hijos o a los padres de uno de los cónyuges.
La ayuda familiar que se daba por los hijos no tenía que ver con este sueldo. Esta estaba asignada a la familia por tener niños, pero el primero era una asignación personal e intransferible a la mujer u hombre que se quedaba en casa para atenderlos o educarlos en sus tres o cuatro primeros años.
Si no recuerdo mal, se le llegó a presentar a Belén Landaburu, mujer inteligente y con un cargo en el gobierno, que rechazó la idea entre otras cosas porque este sueldo era como condenar a la mujer a permanecer en su casa sin otros horizontes.
Los senadores
Serían cargos territoriales. Era el representante y portavoz del territorio que representaba y lo había votado. No estaba sujeto a la disciplina de voto. Para garantizar esto todas las votaciones eran secretas. Su despacho se hallaba en la región que representaba y únicamente se trasladaba al senado los días de sesión que no podía ocupar más de 10 días al mes. Se constituía en una especie de defensor del pueblo ante las leyes y organismos oficiales del Estado.
Otras características del Senado eran:
- La movilidad geográfica de sus sesiones, que teniendo su sede central en Madrid, debía reunirse al menos cinco veces al año en otras regiones de España, no pudiendo repetirse en una de ellas sin haber tenido sesión en todas las restantes.
- La facultad que tenían los senadores de una región de convocar y la obligación de asistir al ser convocados por el conjunto de alcaldes de una comarca o provincia.
Los diputados del Congreso
Tras la primera fase de la Transición, no podía ser propuesto como candidato aquella persona que no hubiera sido electa para un cargo municipal. Se consideraba que quien conocía bien al candidato eran sus vecinos, si estos no le votan significa que no lo consideran digno de representarles en su ayuntamiento y por tanto no puede serlo de cualquier otro colectivo.
La necesidad de una historia laboral
No se permitía presentarse a cualquiera de las elección de representantes a personal que no hubiera desarrollado un trabajo profesional –sea cual sea su nivel- al menos durante tres años, con la consiguiente cotización a la Seguridad Social. Con eso se trataba de evitar los ejemplos de políticos del movimiento que se hallaban en puesto de mando y representación si haber trabajado nunca en la vida civil.
La división de poderes
Sin duda este proyecto fue el que más perplejo me dejó al leerlo y escucharlo. Sus promotores exponían el avance que supuso la división de poderes por la Revolución Francesa: El Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, porque esta separación suponía garantizar su dependencia a las leyes, así como la autonomía y responsabilidad para ejecutarlas.
Pero en estos momentos –continuaba el proyecto– hay un cuarto poder, tan importante y con tantas implicaciones que su desarrollo influye y corrompe o puede corromper a los tres poderes institucionales. Este poder es el Económico. En consecuencia es necesario reconocerlo y organizar el estado a base de un Legislativo que dicta las leyes y los tres poderes que tiene la responsabilidad de aplicarlas: El Ejecutivo, el Económico y el Judicial.
No entendí bien o al menos no recuerdo cómo se coordinaba esta nueva cámara Económica con el resto de los poderes. Seguramente el proyecto era inviable. Pero qué más da, otros que probablemente eran factibles también fueron a la trituradora.
Fue una época generosa de ideas y de cesiones. Fue la Transición.
Es un error buscar en el pasado estructuras, procedimientos e instituciones para construir el futuro. Cada época tiene su timón, analizar la realidad diaria nos dirá cuál es el de hoy. La tecnología lo hace fácil, únicamente necesitamos imaginación, generosidad y no creernos en posesión de la verdad.
La abdicación de S.M. el Rey Juan Carlos para dar paso a la generacion de S.M. Felipe VI, parece haber abierto un nuevo tiempo de esperanzas y quehaceres. Algunos ancianos y prestigiosos soldados creen haber oído : Misión cumplida, pueden retirarse. Pero no es así. España no se salva porque uno agite una bandera de esperanza.España es como la tierra que los labradores aran, siembran, abonan, sulfatan, limpian, siegan,recogen para volver a abonar, esperar el tempero, y así empezar el ciclo de labrar. etc. España no permite descansos, es ir en bicicleta, si dejamos de pedalear se cae. España va de la euforia a la depresión con extrema facilidad. Los viejos soldados y todos los ciudadanos curtidos en la búsqueda de la democracia, que pusieron su honor, honradez y trabajo al servicio del resto de los españoles, no pueden retirarse. Limpios de ambiciones personales, deben salir -si es preciso de uno en uno- por todos los pueblos de Cataluña y del resto de España para combatir el silencio de los conformistas y el griterío de los talibanes
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