bandera
La abdicación de S.M. el Rey Juan Carlos para dar paso a la generacion de S.M. Felipe VI, parece haber abierto un nuevo tiempo de esperanzas y quehaceres. Algunos ancianos y prestigiosos soldados creen haber oído : Misión cumplida, pueden retirarse. Pero no es así. España no se salva porque uno agite una bandera de esperanza.España es como la tierra que los labradores aran, siembran, abonan, sulfatan, limpian, siegan,recogen para volver a abonar, esperar el tempero, y así empezar el ciclo de labrar. etc. España no permite descansos, es ir en bicicleta, si dejamos de pedalear se cae. España va de la euforia a la depresión con extrema facilidad. Los viejos soldados y todos los ciudadanos curtidos en la búsqueda de la democracia, que pusieron su honor, honradez y trabajo al servicio del resto de los españoles, no pueden retirarse. Limpios de ambiciones personales, deben salir -si es preciso de uno en uno- por todos los pueblos de Cataluña y del resto de España para combatir el silencio de los conformistas y el griterío de los talibanes

lunes, 7 de abril de 2014

No son horas de silencio

En  el   pequeño y querido pueblo donde viví de niño,  los modos  de divertirse eran escasos.  Uno muy típico  - mientras esperábamos en el patio de  entrada de la escuela,  que nos ordenaran  formar,  para cantar el himno nacional-  era que alguien  trazara con el pie en la  tierra  una raya.  Tras esto.  se dirigía a los demás  para decir  que quien la  pasara sin su permiso  recibiría una paliza.  De esa forma en minutos, se formaban dos grupos, sus amigos a un lado y el resto en otro. Abalanzados  unos  sobre  otros se formaba inmediatamente una montaña  de niños tratando de pegar o ahogar al contrario.  Unos minutos después  la voz de los profesores  ordenaba  formar  para cantar unos de los tres himnos.  Alguna ropa descosida, alguna nariz sangrando y  poco más.  Todo había acabado  y olvidado hasta el día siguiente que otro niño volvería a trazar  una raya en el suelo.
Toda mi vida he odiado  a quien traza rayas o  señala fronteras  físicas, étnicas, lingüísticas, religiosas o políticas. Son irremediablemente  unas  fuentes de conflicto  entre los más, para servir de escalones al poder a unos pocos. ¡¡¡ Sigue sin entenderse ¡¡¡. No he hecho otra cosa en mi vida - como tantos  otros miles de personas -  que tratar de crear  puentes de entendimiento. Ahora es  tan urgente como en los años 70.

No es hora de seguir callados.  Las rayas, las divisiones, los enfrentamientos,   no suceden   únicamente por la ambición de poder de unos pocos, también tienen responsabilidad aquellas buenas personas  que al   mantenerse en silencio,  lo permiten.

3 comentarios:

  1. Gracias por tu actitud, Fernando. Tienes razón: en momentos como éste, el silencio es culpable. Ni se puede permanecer callado, ni se debe despreciar el valor y la eficacia de la palabra. Clemente Rodríguez Navarro

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  2. Me alegro de leer tus reflexiones. Como catalán y español que eres, no te calles. Tu eres militar y conoces bien los conflictos. Lo fácil que es prender la mecha y lo difícil que es apagar el fuego. Aquí hay muchos mesías y aprendices de brujo que no saben bien a lo que están jugando. La convivencia y bienestar de todos es algo por lo que debemos luchar.

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  3. Impecable tu planteamiento. Es de puro sentido común.

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