En las épocas de crisis, cuando los gobiernos son incapaces de dar una solución , esta pasaba por encontrar un culpable. En la edad media, la solución rápida y barata era culpar a los judíos. Tras matarlos o expulsarlos todo estaría resuelto. Todos los gobiernos europeos han recurrido a ello una o varias veces.
Otra solución era culpar al vecino y declararle la guerra. El inconveniente radicaba en que era más cara y había riesgo de perderla.
Al inicio del siglo XX las soluciones parecían hallarse en el triunfo del Anarquismo o el Comunismo. La utopía echaba raíces. En los años 30, la solución debería llegar mediante las Dictaduras. En la posguerra parte de la sociedad consideraba que la solución era la Democracia, otros, que ésta se hallaba al servicio del poder económico y que únicamente del Comunismo tenía la solución . El terrorismo lo impondría venciendo la democracia capitalista
El siglo XXI nace consciente que el Terrorismo no es el camino. El comunismo es un fracaso y el anarquismo una utopía sentimental. La crisis solo tiene dos solucionarla. Una sin milagros, con mayor o menor acierto, afrontándola de forma democrática, progresiva, y sin duda con sudor, lágrimas y pisando muchos callos.
Otra, la fácil y milagrosa: o sea la Independencia ya que la culpa es del resto de España y de Madrid. Para crear la cosecha de independentistas hay sembrar el rencor, el odio, la desconfianza ante todo lo español seamos o no catalanes. Los españoles somos los actuales judíos medievales:
De nuevo la misma historia, si se marchan, si nos quedamos solos, los problemas se resuelven automáticamente. Otra vez el error de 1492,
¿Hasta cuándo durarán estas acusaciones? ¿Cómo contrarrestar tanta estupidez? ¿Dónde el seny?
Es un error buscar en el pasado estructuras, procedimientos e instituciones para construir el futuro. Cada época tiene su timón, analizar la realidad diaria nos dirá cuál es el de hoy. La tecnología lo hace fácil, únicamente necesitamos imaginación, generosidad y no creernos en posesión de la verdad.
La abdicación de S.M. el Rey Juan Carlos para dar paso a la generacion de S.M. Felipe VI, parece haber abierto un nuevo tiempo de esperanzas y quehaceres. Algunos ancianos y prestigiosos soldados creen haber oído : Misión cumplida, pueden retirarse. Pero no es así. España no se salva porque uno agite una bandera de esperanza.España es como la tierra que los labradores aran, siembran, abonan, sulfatan, limpian, siegan,recogen para volver a abonar, esperar el tempero, y así empezar el ciclo de labrar. etc. España no permite descansos, es ir en bicicleta, si dejamos de pedalear se cae. España va de la euforia a la depresión con extrema facilidad. Los viejos soldados y todos los ciudadanos curtidos en la búsqueda de la democracia, que pusieron su honor, honradez y trabajo al servicio del resto de los españoles, no pueden retirarse. Limpios de ambiciones personales, deben salir -si es preciso de uno en uno- por todos los pueblos de Cataluña y del resto de España para combatir el silencio de los conformistas y el griterío de los talibanes
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